Este miércoles 18 de mayo se lleva a cabo el censo nacional pospuesto desde 2020 a raíz de la pandemia del Covid-19. Será el número once en la historia del país tras la primera edición realizada en 1869 y los resultados permitirán obtener una radiografía de la situación nacional en un momento difícil. La historia de este hecho relevante de la vida nacional y algunos datos de las últimas mediciones pueden ayudar a poner en perspectiva lo que resulte de este miércoles.

El censo nacional es una de las políticas de Estado más antiguas y tiene rango constitucional. El artículo 45 de la Carta Magna estipula la realización de estas mediciones cada década para determinar la representación proporcional de la Cámara de Diputados. Esta política pública, sin embargo, acompañó los vaivenes políticos y sociales del país y sufrió discontinuidades por distintas razones que impidieron que se efectuara en los plazos planteados por la Constitución. El retraso en la edición actual se suma, por ejemplo, a los sufridos en la década de 1990 y los 2000, en las que ambas mediciones debieron retrasarse un año debido a las crisis económico-sociales de finales del alfonsinismo y el menemismo.

LOS PRIMEROS CENSOS

El primer censo se realizó entre el 15 y el 17 de septiembre de 1869 bajo la presidencia de Sarmiento. El resultado arrojó una población de 1.830.214 habitantes, entre los cuales no se censaron a 93.138 miembros de los pueblos originarios. Del total de esa población argentina, el 77% era analfabeta. El segundo turno llegó 26 años después, en 1895 y bajo la presidencia de José Evaristo Uriburu. En ese período la población más que se duplicó, llegando a los 4.044.911 habitantes. El primer censo del siglo XX también llegó tarde, 19 años después del segundo. Fue en 1914 durante el gobierno de Victorino de la Plaza, y para ese entonces los argentinos y argentinas ya eran 7.885.237.

Luego de un convulsionado tiempo del país, recién en 1947 con Perón como Presidente se llevó a cabo el cuarto censo nacional. Fue el 19 de abril y el 10 de mayo de ese año y del operativo participaron unos 300.000 censistas. El total poblacional arrojó entonces el número de 15.893.827 habitantes, y como datos de color esa fue la primera ocasión en la que se incluyó a las Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur como parte del territorio nacional, a la familia y el hogar como unidades de análisis y la figura del desocupado como una categoría.

Luego de la interrupción de la democracia por el golpe de Estado de 1955, el quinto censo se atrasó unos años y se realizó recién en 1960 con Arturo Frondizi como Presidente. En los 13 años que transcurrieron desde el censo durante el peronismo, la población creció casi un 30% y llegó a los 20.013.793 habitantes.

EN LOS TIEMPOS DEL INDEC

La historia de la estadística argentina reconoce tres grandes períodos, según el propio INDEC. El primero va desde 1500 a 1869, año de la realización del primer censo. El segundo fue de casi un siglo, entre 1869 y 1968, fecha de la creación del Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina. El 25 de enero de ese año y mediante la ley 17.622 se dio nacimiento al organismo con los siguientes objetivos: a) Unificar la orientación y ejercer la dirección superior de todas las actividades estadísticas oficiales que se realicen en el territorio de la Nación; y b) Estructurar, mediante la articulación y coordinación de los servicios estadísticos nacionales, provinciales y municipales, el sistema estadístico nacional, y ponerlo en funcionamiento de acuerdo con el principio de centralización normativa y descentralización ejecutiva.

Dos años después, en 1970, se cumplió por primera vez en la historia la periodicidad de 10 años y el mandato constitucional de realizar el censo nacional en el primer año de cada década. El sexto censo, realizado bajo el gobierno de facto de Gral. Roberto Marcelo Levingston, tuvo la peculiaridad de introducir computadoras y lectoras de caracteres manuscritos para procesar los datos, pero el sistema falló y los resultados totales fueron una proyección en base al 10% de las planillas confeccionadas. Ese resultado arrojó 23.364.431 habitantes, un crecimiento muy inferior para esa década comparado con el período 1947-1960.

El séptimo censo también se realizó bajo una dictadura cívico-militar. Fue en 1980 bajo la presidencia de Jorge Rafael Videla, y la población de entonces quedó estimada en 27.949.480 habitantes. La octava edición del censo correspondía a 1990, pero como fue mencionado tuvo que retrasarse un año debido a la crisis económica que obligó al Presidente Alfonsín a entregar su mandato antes de tiempo. El operativo se realizó en 1991 y reveló una población de 32.615.528 habitantes.

SIGLO XXI: EVOLUCIÓN 2001-2010

El censo que correspondía para el año 2000 también fue retrasado, marcando la persistencia de las crisis económicas como una marca registrada de la economía argentina. Las fechas en que se realizó fueron el 17 y 18 de noviembre del 2001, apenas un mes antes del estallido social que terminaría con el gobierno de la Alianza y con la convertibilidad. Nueve años después, el 27 de octubre del 2010, el kirchnerismo cumplía nuevamente con el mandato constitucional de efectuar el censo el primer año de una década en uno de los días más tristes y sorpresivos para el movimiento político que reconvirtió la política del país: por la mañana temprano y cuando toda la sociedad comenzaba a esperar la llegada de los censistas, se conoció la noticia de la muerte de Néstor Kirchner. El operativo se llevó delante de todas maneras y sin inconvenientes, y a la fecha es la última foto en profundidad que se tiene de la sociedad argentina, pronta a ser actualizada este miércoles.

En el 2001 la población total de Argentina fue de 36.260.130 habitantes. Nueve años después, la última medición oficial arrojó un crecimiento del 10,6% y un total de 40.117.096 argentinos y argentinas. Ese crecimiento no fue homogéneo en todo el territorio nacional. La CABA, por ejemplo, creció muy por debajo del promedio, pasando de 2.776.138 habitantes en 2001 a 2.890.151 en 2010, un incremento del 4,1%. A la inversa, la provincia de Buenos Aires aumentó su población un 13%, pasando de 13.827.203 a 15.625.084 en menos de una década. Desagregado al interior de la PBA, ese crecimiento fue aún mayor en los 24 partidos del Gran Buenos Aires sobre el interior provincial, 14,2% y 11% respectivamente. Otras provincias que aumentaron muy por encima del promedio su población fueron Santa Cruz (39,1%), Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (25,8%), Chubut (23%), Neuquén (16%) y Río Negro (15%), marcando un importante crecimiento de la Patagonia en esa década.

Otro dato lo marca el nivel de envejecimiento por provincia, que fue creciendo década tras década a partir de la extensión de la expectativa de vida. En 1970 había 7,6 personas cada 100 mayores de 65 años en el país, 13,2 en la CABA y 7,5 en la PBA. Ese índice comenzó a aumentar en 1980 a 9,2% a nivel nacional, 17 en la CABA y 11,3 en PBA. Para 1991 pasó a 10,1 en el país, 19 en CABA y 10,3 en PBA. En 2001 llegó al 11,5 en el país, 20,3 en CABA y 12,2 en PBA, y en 2010 alcanzó a 11,8 a nivel nacional, 19,3 en Capital y 12,4 en provincia.

Uno de los datos más impactantes de la evolución del país entre los últimos dos censos y en relación a las personas mayores tiene que ver con el alcance de la cobertura jubilatoria. En 2001 había 3.486.895 de personas mayores de 65 años en el país, de las cuales sólo 2.447.708 percibían pensiones o jubilaciones. Dicho al revés, el 29,8% de esos adultos mayores no recibían asistencia previsional del Estado. Tras la bandera que significó esa causa durante el kirchnerismo, incluida la estatización del sistema previsional, para 2010 ese porcentaje bajó drásticamente: de las 3.979.032 personas mayores de 65 años, el 92,99%, es decir 3.700.213 sí percibían jubilaciones o pensiones, quedando aún por fuera del sistema sólo 278.819 adultos mayores a nivel nacional.

En 2001, de las 29.439.635 personas mayores de 10 años, 767.027 eran analfabetas, un 2,1%. Para 2010 ese porcentaje bajó al 1,92%, registrándose 641.828 analfabetos sobre las 33.398.225 personas de 10 años o más. El 27% de ese total, unas 179.008 personas, correspondieron a la provincia de Buenos Aires. En materia de educación, otro dato que será interesante contrastar con estos resultados de las décadas anteriores es la utilización de tecnologías. En 2001 el 79,5% de los hogares no tenía computadora. Para 2010, sobre un total de 37.658.149 mayores de 3 años de edad, 20.057.965 vivían en hogares con acceso a computadoras, es decir, un 53,26%.

En cuanto a las condiciones materiales de vida de la población, en 2001 el 14,3% de los hogares y el 17,7% de la población fueron registradas por el censo como con necesidades básicas insatisfechas. Las provincias del Norte en general fueron las que mayor porcentaje marcaron en este sentido, y la PBA estuvo levemente por debajo del promedio, con el 13% de sus hogares y el 15,8% de la población con alguna de sus necesidades básicas insatisfechas. Nuevamente el desagregado entre el conurbano y el interior de la provincia mostró peores en el GBA, donde los hogares bajo esa condición fueron el 14,5% y la población el 17,6%.

Del total de hogares argentinos a nivel nacional pal principio del milenio, el 8,95% no tenía heladera, el 26,4% no tenía lavarropas, el 33,52% no tenía teléfono ni fijo ni celular y el 46,24% no tenía televisión por cable. A su vez, el 45,24% no tenía acceso a cloacas, el 15,36% no tenía agua corriente, el 4,49% no contaba con tendido eléctrico, el 34,52 no contaba con servicio de gas en red, el 11,2% no tenía alumbrado público, el 10,23% no contaba con recolección de residuos, el 27,74% no estaba alcanzado por el transporte público y el 27,05% no contaba con pavimento en sus calles.

Para 2010, las 10.059.866 de viviendas registradas en 2001 pasaron a ser 13.835.751. El crecimiento porcentual fue de un 37,53%, casi tres veces más que lo que creció la población en ese período. Del total de hogares a nivel nacional, el 5,93% no tenía heladera, el 53,1% no tenía computadora, el 13,98% no tenía teléfono celular y el 44,5% no tenía telefonía fija. En cuanto a los servicios, el 5,26% de la población en viviendas particulares no tenía alumbrado público, el 28,5% no tenía pavimento, el 47,6% no tenía boca de tormenta o alcantarillas, el 21,56% no accedía a transporte público y el 10,9% no contaba con recolección de residuos.

La evolución de algunos de estos indicadores permitirán evaluar cómo ha crecido el país en los casi 12 años transcurridos desde el último censo hasta hoy. Sin dudas las deudas estructurales con la población siguen siendo muchas y el sistema político tiene allí un enorme desafío. Los resultados de hoy darán una idea una idea bastante concreta de su magnitud.