“Trueque!! Sin dinero sólo por alimentos!!”, es, con 77 mil integrantes, el grupo más numeroso de usuarios que se encuentran para intercambiar objetos por comida en Lomas de Zamora. La mitad de los puestos en las principales ferias de la Ciudad y el Gran Buenos Aires se incorporó en los últimos tres años. “El 52 por ciento se volcó a la feria por la crisis laboral, repartidos en 44 por ciento para complementar ingresos y 8 por ciento porque recientemente se quedaron sin trabajo”, señala una encuesta del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). La estrategia elegida por quienes fueron afectados por la pérdida de empleo y la caída de ingresos se suma a la de conformar grupos en redes sociales o Whatsapp para compra, vender y permutar productos. Según cifras relevadas por Facebook, entre mayo y junio se registraron 48 nuevos grupos públicos de trueque, con más de mil participantes localizados en la zona del área metropolitana.

Una familia tipo hoy necesita 31.000 pesos para no caer en la pobreza, un 60 por ciento más que un año atrás, frente ajuste paritarios que se ubicaron a la mitad de ese porcentaje. Las familias tienen entonces que ingeniárselas para poder compensar la pérdida de poder adquisitivo del salario o del ingreso del hogar por algún despido. La desocupación alcanzó en el primer trimestre el 10 por ciento a nivel nacional, el valor más alto en 13 años, llegando al 11,1 por ciento para el Gran Buenos Aires. En la Ciudad se ubicó en 7,2 por ciento.

El CEPA realizó una encuesta en las ferias del barrio Independencia (José León Suarez), del Parque Patricios (CABA), de Mataderos (CABA) y la Feria de Florencio Varela (Zona sur). “El 49 por ciento de las respuestas indicó que su participación en alguna feria remite a más de 3 años. Pero el resto, hace menos de tres años que se considera feriante. El 31 por ciento indicó que el plazo desde cuando participa es menor al año, y un 8 por ciento de los encuestados expresó que era la primera vez que realizaban este trabajo”, detalla el informe. Las cifras coinciden con los momentos de mayor deterioro de ingresos y empleo durante la administración de Cambiemos.

El análisis permitió localizar geográficamente los grupos de intercambio: 43 por ciento de ellos está localizado en Zona Oeste, mientras que otro 40 por ciento está en Zona Sur. “Esta distribución es razonable, ya que ambas zonas son las más golpeadas por los despidos y cierres de empresas”, de acuerdo con el informe.

La única salida

El negocio de feriante tampoco alcanza. El 85 por ciento de los encuestados indicó tener otra fuente de ingreso que les resulta “insuficiente”. “El 33 por ciento de quienes se desempeñan actualmente como feriantes están al mismo tiempo en búsqueda de otro trabajo como reemplazo, mientras que el 52 por ciento sostiene que se dedica de manera transitoria, con distintos lapsos de antigüedad pero siempre menores a tres años, debido a la crisis laboral actual”, detalla el informe del CEPA.

Con respecto a la composición según género, el 69 por ciento son mujeres, los varones representan 30 por ciento y hay un 1 por ciento de feriantes de transgénero. Según los datos del Indec, la desocupación en el primer trimestre fue de 11,1 por ciento en el Gran Buenos Aires y de 12,3 por ciento en los partidos del GBA. Sin embargo, cuando se toma en cuenta sólo a las mujeres, el desempleo asciende a 12,6 y 14 por ciento a nivel general y partidos del GBA respectivamente, el valor más alto desde 2006. La franja de mujeres de entre 14 y 29 años es la que más sufre la desocupación, con 23,1 por ciento. “La composición protagónica de mujeres abre la puerta para problematizar, en el futuro, la enorme importancia de la organización de las mujeres, tendiendo lazos de solidaridad en contextos de crisis económica para sortear la sustentabilidad social”, se explaya el documento elaborado por los economistas Eva Sacco y Gerónimo Ardusso del centro de estudios.

Por su carácter de informal, la venta callejera y las ferias populares son muy resistidas por las cámaras de comercio y combatidas, incluso de manera desproporcionalmente violenta por el Gobienro. Sin embargo, la caída de ventas de los comercios “registrados” va más allá de la competencia que pueda haber en la vereda, sino que deviene del desplome brutal en el poder adquisitivo de los salarios y el ingreso irrestricto de importados. Pero son esas políticas económica que implementa Cambiemos las que hicieron por distintos motivos estimular la proliferación de estos canales informales o “no registrados”. La investigación del CEPA confirma entonces que la pérdida de poder de compra de los salarios y la suba del desempleo es el principal motivo por el que integrantes de las ferias se volcaron a este tipo de actividad: “49 de cada 100 se convirtieron en feriantes después de la asunción del presidente Mauricio Macri y 31 de cada 100 se sumaron en el último año”.

El informe también destaca el crecimiento de los grupos de Facebook para intercambio y compra-venta en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano. Así detectaron que los grupos de trueque que más están creciendo son los utilizados para conseguir alimentos. “Las redes sociales generaron nuevas dinámicas para el intercambio y el trueque, no sólo con grupos de Facebook, sino también de WhastApp”, explican los autores. Cada uno de los integrantes sube fotos y notas sobre los productos o servicios que ofrece o demanda y espera que aparezca algún interesado que responda. “Los encuentros de intercambio se realizan o bien de manera privada (concretando un encuentro, en general en algún lugar concurrido como una plaza o estación de tren) o en algunos grupos muy numerosos se pacta una fecha periódicamente en algún espacio público donde todos los integrantes pueden asistir, realizar intercambios preacordados o nuevos”, según Sacco y Ardusso.

En los grupos de Facebook se publica en la portada una síntesis de las reglas para realizar los intercambios. Por ejemplo, el grupo “Trueque!! Sin dinero solo x alimentos!!” excluye productos como alcohol, medicamentos, celulares y tablets. Esto último impide la reventa de productos robados o de contrabando.