El peronismo dio este miércoles 9 de julio un gran paso en la disputa política con el Gobierno nacional. El frente Fuerza Patria, acordado en La Plata por Kicillof, Kirchner y Massa, demostró un nivel de unidad y amplitud inesperado incluso unas horas antes del cierre de alianzas en la PBA. Acuerdo estructural entre los tres pilares del peronismo bonaerense, que se reconocieron entre sí como partes necesarias de un todo que, a su vez, incorporó a otros actores que incluso venían alejados de ya superado Unión por la Patria.

Las negociaciones fueron arduas y llevaron días, pero llegaron a buen puerto y con anticipación. Técnicamente, la posibilidad de una ruptura podía seguir latente hasta el sábado 19 incluso si hoy se firmaba una alianza. El mecanismo era simple: bastaba que el Movimiento Derecho al Futuro inscribiera un frente distinto con alguno de los partidos que lo componen, dejando ese reaseguro para presentarse por su cuenta si la discusión por las listas no prosperaba. Más aún, podía no inscribir ese frente alternativo, pero dejar algún partido por fuera de la alianza con el cristinismo y el massismo que le sirviera de sello para presentar listas propias si el tándem Kirchner-Massa se imponía.

“Esa posibilidad ya no existe”, respondieron tajantes desde el corazón del kicillofismo ante la consulta sobre si seguía abierta la puerta a que, de no haber acuerdo en la rosca por las listas, el MDF se presentara solo. “Nosotros siempre apostamos a la unidad”, señalaron desde otro rincón del MDF.

Lo cierto es que, si bien en la tropa del gobernador siempre se habló de la necesidad de la unidad, también existe una desconfianza para con La Cámpora que hizo que el “plan B” estuviera listo en todo momento. Con la chance de guardarse esa carta hasta el 19, el hecho de que todos partidos del MDF y cercanos a Kicillof firmaran la alianza Fuerza Patria significa una importante definición del sector del gobernador.

Junto al PJ y al Frente Renovador, integraron el nuevo frente una serie de partidos que juegan en el esquema de Kicillof: el Frente Grande, del intendente Mario Secco; La Patria de los Comunes, presidida por el presidente del IPAC bonaerense, Gildo Onorato; el Partido del Trabajo y del Pueblo, de Juan Carlos Alderete; Unidad Popular; Partido de la Victoria, de la diputada Victoria Tolosa Paz; Acción Marplatense, del diputados provincial Gustavo Pulti.

A su vez, la alianza sumó a otros sectores. Algunos ya venían desde la constitución de UP. como el Frente Patria Grande de Juan Grabois, o Nuevo Encuentro, de Martín Sabbatella. Otros, venían enfrentados a la ex UP, como Principios y Valores, de Guillermo Moreno. Así, la unidad plena del peronismo, ya sin posibilidad de rupturas más allá de que haya fricciones por las listas de acá al 19, marca un un gesto de potencia por parte de los distintos espacios a la hora de construir un acuerdo que lo deja más que parado sobre el ring electoral.

Los distintos actores pusieron lo suyo para que la alianza se constituyera finalmente sin fisuras. Kicillof resignó dejarse un reaseguro y apostar al consenso con La Cámpora y el massismo también a partir de que desde esos espacios le reconocieron al MDF su lugar como parte de la alianza. En concreto, los tres espacios integrarán en la misma proporción tanto la Junta Electoral como los apoderados del frente. Se discutiran en conjunto las listas municipales, provinciales y nacionales, y una comisión de delegados de los tres campamentos validarán los acuerdos que se alcancen en cada territorio. Las firmas de las listas serán cruzadas, por lo que no podrá imponerse una lógica de mayorías. Las tres grandes patas del frente tendrán que acordar sí o sí.

Kicillof reclamaba ese lugar de decisión en el nuevo esquema del peronismo y lo consiguió, así como también el compromiso para que uno de los grandes ejes de campaña sea la defensa de la gestión de la PBA frente a los ataques del gobierno de Milei. El otro gran eje será la defensa de la inocencia de CFK y el pedido por su liberación, una exigencia del cristinismo que también fue tomada por el campamento del gobernador. El nombre del frente, por otro lado, también fue una propuesta del campamento de CFK.

Tres equipos diferentes se definieron para las tareas por delante del nuevo frente. Los nombres que integrarán la Junta Electoral provienen de cada uno de los espacios: Carlos Bianco será el emisario del MDF; el intendente de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini será el delegado del PJ cristinista, una posición que viene ocupando en cierres de listas anteriores; Por su parte, el Frente Renovador designó al diputado provincial Rubén Eslaiman.

A su vez, como apoderados firmaron Facundo Tignanelli y Patricia García Blanco, por el cristinismo, Agustina Vila y Mariano Cascallares, por parte del MDF, y Eduardo Cergnul y Rubén Eslaiman, por el Frente Renovador. Finalmente, Carlos Bianco y Gabriel Katopodis por el MDF, Facundo Tignanelli y Emmanuel Santalla por el cristinismo, y Sebastián Galmarini y Rubén Eslaiman por el Frente Renovador, serán los encargados de validar los acuerdos por las listas.

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Todo esto se da en el marco de un momento muy complicado del Gobierno nacional. El día en que LLA terminó de someter al PRO, fagocitándoselo en el acuerdo alcanzado para ir juntos a las urnas en la elección bonaerense, terminó marcado por un nuevo escándalo oficialista a cargo de Toto Caputo. El ministro de Economía le dio un off a Alejandro Fantino que agitó como pocas veces el panorama económico y financiero, con frases que empezaron a circular en torno a una disparada del dólar, el riesgo país y la estabilidad atada con alambres que hasta ahora el Gobierno vendía como el mayor éxito de la historia argentina.

Lo que pondría en riesgo el modelo económico de Milei son un par de proyectos de ley que los gobernadores impulsarán mañana en el Senado para recuperar recursos que hoy la Nación les retiene, vía la coparticipación automática de los ATN y el impuesto al combustible. El endeble superávit del experto en crecimiento económico con o sin dinero y del mejor ministro de Economía de la historia peligra incluso luego de haber tomado un nuevo mega endeudamiento con el FMI hace apenas tres meses.

Lo cierto es que, más allá del show de Caputo, Fantino y Milei, la Oficina de Presupuesto del Congreso reveló datos oficiales según los cuales el Gobierno nacional ya perdió el superávit fiscal en el mes de junio, antes de que entraran las discusiones que plantean los gobernadores. Según la OPC, déficit fue de $1.019.024 millones, y sumandos eso los compromisos de deuda, trepa hasta los $2.743.781 millones.

¿Cómo reaccionarán los mercados este jueves frente a un Gobierno con esos niveles de desajuste y un peronismo que sella su unidad 10 días antes del cierre de listas? Es una pregunta que inquieta por estas horas en la Rosada y acumula otro día negativo para el oficialismo, que no pudo siquiera festejar el haber concretado su objetivo político central desde que llegó al Gobierno: aplastar al PRO y constituirse en la única opción de derecha y conservadora frente al peronismo.

Por eso los movimientos de las distintas tribus peronistas hacia una unidad más sólida de lo que la gran mayoría apostaba tener a esta altura de la discusión cobran doble relevancia. El cristinismo y el massismo reconociendo el lugar del armado del gobernador, y Kicillof apostando a la construcción de consensos con las otras patas en el armado de listas sin dejarse un plan B, pusieron al peronismo en un punto de maduración en el que hacía mucho tiempo no estaba. Que se había alcanzado fugazmente tras la condena de CFK y en el reclamo por su inocencia y su liberación, pero que rápidamente había vuelto a crujir en la discusión electoralista.

La constitución de Fuerza Patria sienta un nuevo punto de partida. Ahora vendrá la no menos tortuosa discusión por las listas, pero en el peronismo todos parecen haber comprendido el gesto que demandaba el momento político y eso debería sostenerse en adelante. Sobre todo cuando, como se encargó de resaltar una vez más CFK en su nueva lógica de comunicación de masas, las señales de la economía muestran un oficialismo cada vez más debilitado y tambaleante. Traducir eso electoralmente es el gran desafío que desde mañana comienza para Fuerza Patria, el nuevo nombre del peronismo.

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