El empleo juvenil es una de las consignas de campaña de Cambiemos que la semana pasada el propio presidente Mauricio Macri encaró en la Expo Empleo Joven de La Rural. Sin embargo, en un contexto de desocupación juvenil en alza la tasa de desempleo juvenil (23,8%) casi triplica a la tasa de desempleo general (8,5%)- se produjo una drástica reducción de los programas de formación e inserción laboral destinado a personas de entre 16 y 24 años.

Según precisa un estudio del Centro de Estudios Atenea, "casi la mitad de los desempleados del país el 40 por ciento- tiene entre 16 y 24 años", y entre aquellos jóvenes que sí accede a un trabajo, desarrolla tareas en un empleo precario. Esto significa que casi la mitad de los asalariados jóvenes no tiene acceso a vacaciones pagas, ni aguinaldo, ni licencias por enfermedad, ni obra social, ni aportes jubilatorios, explicaron.

Además el informe sostiene que "las políticas públicas nacionales más importantes dirigidas a la formación profesional y laboral de esta población objetiva sufrieron significativos recortes presupuestarios" durante la gestión de Macri.

El programa Jóvenes con Más y Mejor Trabajo, creado en el 2008 para brindar formación y una ayuda económica, "redujo sus partidas en un 14% en 2017" y el Progresar, puesto en marcha en 2014, "sufrió un ajuste del 47% y además, bajó su meta física a la mitad de casi un millón de jóvenes alcanzados en 2016, descendió a 500 mil".

El año pasado, Cambiemos impulsó en el Congreso un proyecto de Ley de Promoción del Primer Empleo que fue duramente cuestionada por los sindicalistas y se lo consideró "una puerta de entrada a la flexibilización laboral". La norma proponía beneficios a los empleadores de chicos de entre 18 y 24 años, como exenciones impositivas (descuento de un porcentaje de las contribuciones patronales) y subsidios para las empresas.

"La implementación de este subsidio empresarial constituye otra pieza más de una política de redistribución hacia los nuevos gerentes del Estado, que tiene como contracara la eliminación de los subsidios a los servicios públicos, el aumento de las tarifas del transporte y la reducción del salario real de los trabajadores y sus familias", plantearon en su momento desde el Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

Lo cierto es que entre diciembre de 2015 y febrero de 2017, se perdieron alrededor de 37.000 puestos de trabajo formal en el sector privado y en el mismo período hay una suba de alrededor de 86.000 monotributistas. "Si esta tendencia se profundiza, seguirán siendo los jóvenes los principales afectados", afirmaron desde Atenea.