Los discursos de Malvinas una conmemoración problemática
Por Paula Salerno. Un análisis de los discursos de Cristina Kirchner y Mauricio Macri en torno a las Islas
Los discursos presidenciales de cada 2 de abril permiten, como todo discurso, varias lecturas. Una de ellas, la que intentaremos acá, se centra en la memoria. ¿Qué y cómo recordamos esa fecha? La respuesta sobre qué parece obvia hasta que consideramos que el pasado es una construcción atravesada por el presente y se reconstruye, según Halbwachs, para cada presente. Así, los discursos en homenaje a los excombatientes de Malvinas muestran distintas formas de entender la guerra, el rol de los soldados y, también, la actualidad desde donde se enuncia.
Veamos la última conmemoración de Cristina Fernández de Kirchner y las primeras de Mauricio Macri que, amén de la diferencia de años de mandato, pueden ayudarnos a pensar la construcción y el ejercicio de la memoria en la Argentina actual.
La conmemoración es una práctica de recuperación dada por una relación emotiva con el pasado. Por eso, se espera que quienes pelearon en Malvinas sean referidos por su valentía, fuerza, convicción u otros rasgos heroicos. Pero en sus discursos CFK y MM, a pesar de expresar emoción, hablan de los "chicos" indefensos y muestran contradicciones con respecto a las Islas. ¿Por qué? Malvinas no solo es una cuestión irresuelta, sino que se vincula indisolublemente con la dictadura cívico-militar del 76. ¿Cómo conmemorar a quienes lucharon por la Nación dirigidos por quienes encabezaron el período más nefasto de nuestra historia?
Cada mandatario afronta esta disyuntiva de maneras distintas. CFK polemiza abiertamente con Gran Bretaña, y esto le permite dar una imagen positiva de sí misma mientras el país europeo actúa ilegítimamente, ella sanciona leyes que benefician a los combatientes. Así, puede sostener que "no va a haber un 9 de Julio completo hasta que no podamos recuperar nuestras Islas Malvinas".
En lugar de exaltar la fecha patria, como se espera en una conmemoración, la cuestiona volviéndose proclamadora de la verdadera independencia, que llegará de la mano de su propio mandato "fuimos nosotros los que instalamos Malvinas". Mauricio Macri, en cambio, silencia la guerra y cuenta la historia de Osvaldo Ardiles, combatiente argentino y futbolista en Inglaterra, para marcar el valor de la "reconciliación". En esta línea, convoca al diálogo con Reino Unido y pide aceptar la "interdependencia", que es corolario del "camino" que su gobierno lleva a cabo y que, en sus palabras, representa la apertura y la paz.
Con sus diferencias, los gobernantes se presentan a sí mismos como mandatarios legítimos.
Pero la memoria no solo es conservación del pasado sino también supresión implica siempre seleccionar algunas cosas y desechar otras. ¿Y qué suprimen estos discursos? Paradójicamente, la alabanza a los caídos y ex-combatientes. Al ser conmemoraciones problemáticas, tensionadas por el peso del homenaje y por el propio posicionamiento con respecto a la guerra y al presente, el qué se recuerda es impreciso. La voluntad doble de condenar a la dictadura y conmemorar a quienes fueron a Malvinas genera conflictos que se resuelven, en ambos casos, en una afirmación de la propia ideología. Así, ante la dificultad de recordar un evento del traumático pasado reciente los líderes argentinos terminan conmemorando el presente, su presente.