El totalitarismo corporativo
No hay malos y buenos. No es esa la vara con la que se mide la política nacional. Son intereses que transitan en dos veredas
“Ni el polvo de tus huesos la América tendrá”, las palabras que empleó el poeta José Mármol dirigidas a la figura de Juan Manuel de Rosas vienen al dedillo en los ataques utilizados de los medios dominantes del país hacia las entonces autoridades del gobierno anterior con Cristina Fernández de Kirchner como principal apuntada.
No hay malos y buenos. No es esa la vara con la que se mide la política nacional. Son intereses que transitan en dos veredas. Por un lado, la línea soberana y popular y por el otro, la del neo conservadurismo. El Grupo Clarín ha perdido mucho dinero con las medidas anti acaparamiento de la información empleadas por los dos últimos gobiernos kirchneristas. Una de las primeras decisiones gubernamentales del entonces candidato blindado por esos medios al asumir la primera magistratura del país fue la derogación vía decreto de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual), el AFTIC (Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) y crear el hoy desvalijado Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM).
El paralelismo con aquellas palabras del unitario porteño José Mármol, autor de “Amalia” en 1851, desde su exilio en el Uruguay en pleno auge del rosismo, resume las intencionalidades de los grandes grupos mediáticos para que nunca más un mandatario o mandataria del pueblo intente tocar sus intereses.
Mauricio Macri es un rehén de esos grupos como lo fueron Carlos Menem y Fernando de la Rúa. El último Raúl Alfonsín fue su primer mártir y Néstor Kirchner tras la crisis política, moral y social del país supo estabilizar la balanza. Fue Cristina Fernández de Kirchner y su gobierno, tras la crisis del campo a principio de 2008 hasta el “no positivo” voto de su vicepresidente, Julio Cobos, la única presidenta de la Nación en prestarles batalla, aún con adustos errores que hoy está padeciendo. Se trata del Clarín de los grandes operadores políticos, del Clarín del daño a la democracia, a las mayorías, del grupo que se constituye a sí mismo como "dueño de la Argentina", aun cuando también hay otro Clarín, el de los trabajadores, de los cientos de periodistas que hacen su trabajo con dignidad, evitando caer en operaciones políticas.
El comportamiento de los mandatarios se mide sobre todo en tiempos de crisis, por su reacción ante situaciones de desastre o peligro extremo. Mauricio Macri es un presidente con enormes dilemas ante la adversidad. Su gobierno carece de imaginación y el recueste a los constantes ataques judiciales a las entonces autoridades de la gestión kirchnerista en los medios hegemónicos, resumen su debilidad.
La desaparición del submarino ARA San Juan es un reflejo de las dudas de Mauricio Macri y su gobierno, quienes intervienen módicamente como si no existiera una situación de suma dificultad. En ningún momento tras la ausencia del submarino, Macri supo acercarse a los familiares de las víctimas. Tampoco hubo mensaje al país y encima el ministro de Defensa, Oscar Aguad, reconoció en un programa de televisión que todos los tripulantes estaban muertos, sin previo aviso a las familias de los tripulantes.
“Rara avis”, Mauricio Macri, el hijo del inmigrante de negocios cochambrosos con el Estado, el hombre que forjó su poder en la presidencia del país dentro de otro que es Boca Juniors, sin prácticamente recorrer las calles de su barrio homónimo y su hermana Barracas, y en los muertos de la tragedia de Cromañon, cuando ya dueño de la jefatura de Gobierno porteño no hizo nada para esclarecer el incendio mortal de Iron Mountain que terminó con los bomberos fallecidos.
La protección mediática que recibe el actual Gobierno nacional ya se preanunciaba en una observación del periodista Juan José Panno que retrotrae el tiempo a los días del balotaje de 2015, en el relevamiento de 31 ediciones de Clarín que exponen claramente el bombardeo a que era sometido el entonces gobierno kirchnerista en títulos, notas, comentarios, columnas de opinión, fotos y dibujos. El modus operandi trataba de acusar a esa gestión en notas, columnas de opinión, títulos y editoriales de injusto, corrupto, mentiroso, insensible, manipulador, negador, incoherente, impune, especulador, aprovechador, acomodaticio, desfachatado y mal administrador, entre otras cosas. Como contrapartida, el trabajo muestra la protección que se ejercía sobre Mauricio Macri, quien encabezaba los cuadros de políticos fotografiados, con un promedio de dos por día. Dos años después, todo sigue igual o peor en lo que el reconocido penalista, Eugenio Zaffaroni denominó: “totalitarismo corporativo”.
Abogado y periodista. Twitter: @Emilianov9