El peronismo bonaerense navega un incierto equilibrio entre un acuerdo a rubricar y la desconfianza de que ello suceda efectivamente. A horas del cierre del plazo para inscribir alianzas electorales para los comicios del 7 de septiembre, lo que semanas atrás parecía una fractura inevitable hoy está más cerca de una alianza táctica para sobrevivir a un año que promete ser difícil en las urnas. Pero siguiendo a la propia CFK, nadie en las distintas tropas que conformarían el frente electoral se hace hoy por hoy los rulos, y aunque todos apuestan a conformar listas conjuntas todo seguirá en suspenso hasta el sábado 19 a la medianoche.

Este lunes hubo dos movimientos importantes. Primero, la mesa de intendentes del MDF se reunió con Axel Kicillof en La Plata para trazar un estado de situación y coordinar una línea común en la negociación con el cristinismo y el Frente Renovador. Uno de los temas que emergió en el encuentro fue una reunión de la semana pasada de intendentes convocados por Mario Ishii en la que se volvió a insistir con dar marcha atrás con el desdoblamiento definido por el Gobierno provincial.

El intendente de José C. Paz venía siendo un jugador importante del MDF, referente de la Primera Sección electoral y un fuerte impulsor del desdoblamiento. Luego de la ratificación de la condena a CFK, Ishii tuvo un giro de 180 grados en esa posición y empezó una presión interna sobre Kicillof para que unifique las elecciones. Los llamados del jefe comunal tuvieron siempre la misma respuesta del gobernador, que el desdoblamiento era una decisión tomada y que respondía a una cuestión logística que hace imposible dos votaciones en simultáneo con dos sistemas distintos en la provincia del 38% del padrón electoral nacional.

Cerca de Kicillof definieron como “una emboscada” la reunión de la semana pasada en la que Ishii hizo de local para que el cristinismo volviera a jugarse un pleno por la unificación de los comicios. “Cristina presa no agiliza los mecanismos de votación. Están usando una cuestión muy grave como la prisión de Cristina para pulsear por algo que ya discutimos, explicamos y decidimos”, sentencian tajantes en el corazón del MDF. No se puede asegurar que este sea el último capítulo de la traumática e interminable novela del desdoblamiento.

Los intendentes kicillofistas ratificaron las líneas de negociación que el gobernador llevó a la reunión con Máximo Kirchner y Sergio Massa. Lugares para el MDF entre los apoderados del nuevo frente y en la Junta Electoral, definición de las candidaturas en base a la competitividad de cada candidato y las realidades de cada territorio, y lapicera en mano para los jefes comunales en sus distritos para armar listas que deberían contener a todos los sectores. También, como ya discutió previamente el MDF, tener una carta bajo la manga a modo de plan B por si el acuerdo no prospera o se rompe a último momento.

En la cumbre platense el gobernador y líder del MDF, el diputado nacional y líder de La Cámpora, y el ex candidato presidencial y líder del FR, ratificaron de palabra lo que se acordó en el Congreso del PJ bonaerense el sábado pasado. Según ese principio de acuerdo, cada tropa tendrá representantes entre los apoderados del frente, y la firma de las listas deberá ser cruzada o por unanimidad. Esto quiere decir que si hay tres apoderados, uno de cada espacio, todos deberían revisar en forma cruzada las listas de cada una de las ocho secciones electorales. “Que no exista la posibilidad de que no nos hagan el 2-1”, explicaron desde el MDF a Diagonales como espíritu de esa cláusula.

Principio de acuerdo, desconfianza y plan B en el peronismo bonaerense: “Hasta que no esté firmado…”

Parte de la complejidad del acuerdo pasa por todas las variables que se deben considerar en esta elección desdoblada. Si bien en La Plata ayer no se abordaron nombres concretos para las candidaturas, sí se volvió a poner sobre la mesa el criterio de competitividad para quienes integren las listas provinciales, respetando la particularidad de cada sección y cada territorio. “No se puede copiar y pegar un esquema fijo de una sección a otra. El piso de entrables es diferente, la territorialidad es diferente, los sectores sociales que intervienen son diferentes. Habrá que hacer un análisis puntual y definir lo más competitivo para cada sección”, dicen en el kicillofismo.

En parte por esto es que, al menos por ahora, se evitan los porcentajes a la hora de pensar en la distribución de las listas. Un esquema de 50-50, o 30-30-30-10, o el que fuere, desconocería esas complejidades de cada sección electoral cada distrito de la PBA. La discusión, entonces, la llevarán adelante en gran medida los intendentes y delegados seccionales de cada uno de los campamentos.

En esas negociaciones habrá dos tipos diferentes: los municipios donde gobierna el peronismo y los que no, que tendrán lógicas distintas. En los distritos donde haya un intendente peronista o aliado, será ese jefe comunal quien termine de definir la lista, asumiendo el complejo desafío de llegar a un consenso que integre al conjunto. En los municipios gobernados por la oposición también deberá construirse un consenso para las listas, que tendrá que ser validado por una delegación seccional compuesta por un integrante del MDF, uno del cristinismo y uno del FR. Esa delegación validará los acuerdos en todos los distritos de su sección electoral.

Otra discusión que hay en este sentido es si podrá haber o no listas colectoras. El debate surge de ambos lados de la grieta peronista. Tanto en el MDF como en el cristinismo hay intendentes que no quieren incorporar a sus rivales locales en sus listas, y también la situación inversa, sectores que quieren dejar planteada en la elección una especie de interna a los intendentes a través de una lista colectora. Cerca del gobernador fueron tajantes con este tema: “colectoras no, Axel no va a sacar decreto que las habilite. La mesa de intendentes del MDF ya lo discutió, el que plantee lista corta va por fuera del  frente”. Posiblemente la discusión vuelva a resurgir en los próximos días como el tema del desdoblamiento.

El esquema que discute el peronismo bonaerense para la elección provincial tendría su réplica en el armado para las nacionales de octubre. El criterio de competitividad de los candidatos y de la representación de los distintos sectores en la ingeniería del frente se conversa para ambos casos, y debería quedar rubricado en las próximas horas. Un grupo integrado por un representante de cada espacio será el encargado de la redacción del reglamento del frente, que tiene que estar listo para presentarse este miércoles hasta la medianoche.

Sin embargo, y aunque el acuerdo estaría sellado, nadie da por descontada la posibilidad de ir separados. “Hasta que no lo veamos firmado…”, dicen cerca de Kicillof dando cuenta de la desconfianza reinante entre los sectores que hoy buscan una alianza táctica pero que quizás no compartan la misma estrategia una vez superadas las elecciones. De no cerrar el acuerdo, el cristinismo y el FR podrían ir juntos en una alianza con otros actores como Juan Grabois o Guillermo Moreno, y el MDF haría lo propio desde el conjunto de partidos políticos que lo integran. “Tenemos preparado plan B, no vamos a quedarnos mirando la elección por TV si todo se cae a último momento”, sentencian.