Modo de producción dominante

El capitalismo se caracteriza por la apropiación privada de los medios de producción y los que venden su fuerza de trabajo. O, dicho de otra manera, pero en el mismo espíritu, se trata de la explotación racional del trabajo formalmente libre. En este sistema económico y social, tanto productores y consumidores, intercambian sentido por intermedio de los precios en un espacio conocido bajo el nombre de mercado, en donde se intercambian mercancías, incluido en estas,  el trabajo asalariado.

Agrego que, en su breve historia, el Estado tuvo políticas diferentes, referidas a las formas y maneras de establecer regulaciones en el funcionamiento del mercado. De todas maneras, si algo puede darle una característica en la que coinciden las distintas formas de acción estatal, es que el capitalismo es al fin, un tipo de sociedad en donde la economía está por delante de ella, con lo que de alguna manera se confirma la hipótesis de Marx, sobre que el determinante último de la forma de la sociedad es su base material, esto es: la economía.

La sociedad de sistemas funcionalmente diferenciados

En su historia, el capitalismo, ha podido en el fondo de la diferencia de clases en relación con el lugar ocupado en la producción, otro criterio más de diferenciación; la diferenciación funcional. Así, por ejemplo, el sistema político, el de la religión, el de la economía, el del derecho, la educación, el del deporte, el de la salud o el del arte, llevan a cabo sus propias operaciones en el entorno y no necesariamente, lo que ocurre en cada uno de ellos afecta a los otros. Esto se ha podido observar, en el transcurso de esta pandemia del coronavirus, cuando no todos los sistemas fueron afectados de la misma manera. En tal sentido, la salud en un comienzo marcó las pautas de funcionamiento del resto de los sistemas. Con la ciencia también sucedió algo parecido, en cuanto a la importancia que cobraron las investigaciones relacionadas con la enfermedad y con las vacunas para paliar la peste. Por su parte, la economía junto con la educación y con el deporte, fue uno de los más afectados, en la medida en que la presencialidad restringida modificó su dinámica y fue modelando en parte, el futuro del capitalismo. También es posible observar, que no todas las ramas de la producción sufrieron por la crisis, incluso algunas como todo lo que se refiere a los sistemas informáticos, las empresas de compras con entrega a domicilio, los bancos y la industria farmacéutica, han sido los grandes ganadores en pandemia.

Sociedad viral: Rendimiento y auto explotación

En los comienzos de la pandemia, recuerdo que se destacaron tres posturas en la filosofía contemporánea referidas al futuro. Por un lado, una posición distópica por parte del filósofo Byung Chul – Han que imaginaba a la sociedad del futuro, regresando a su forma  disciplinaria y viral de la época de la guerra fría , o, por el contrario, Zizek, que concebía al futuro societario global , en el registro utópico, cuando vislumbraba en el horizonte a un comunismo de nuevo tipo,  o bien cuando  Agamben, afirmaba que tal peste,  no era ni más ni menos que otra excusa para poner en acto la permanencia de Estados de Excepción, como en más de una ocasión sostuvo.  Mientras que desde el punto de vista sociológico, lo que se pudo observar en la dinámica del capitalismo durante la pandemia, fue la amenaza de desempleo masivo y la agudización de la explotación del trabajo producto del teletrabajo, invasivo de la vida privada de los trabajadores y de las trabajadoras. Mientras, en el mismo sentido, hubo un alto disciplinamiento de la fuerza de trabajo a las nuevas condiciones labores. Por otra parte, pero en el mismo espíritu de lo mencionado, siguiendo a Byung – Chul Han, en el neoliberalismo, nos auto explotamos y sentimos que nos estamos realizando. Así la depresión sustituyó a la revolución. Cuando la ideología de la supervivencia nos mantiene despiertos en la cadena de montaje. No se advierte en el futuro inmediato, luchas sociales contra el capitalismo, ya que las agrupaciones revolucionarias son incipientes y las protestas no pasan de posturas reformistas dentro del mismo régimen de acumulación. A lo que habría que agregar las amenazas del desastre ecológico y las escasas posibilidades que la nave tierra, de lugar para todos y todas. Así, la supervivencia de la especie,  estará condicionada por la clase de pertenencia y en el mismo sentido, la posible colonización de otros planetas será también en beneficio de las clases dominantes.

*Profesor Titular Plenario de Sociología General. FSOC. UBA. IIGG. FLACSO