Salud VS Economía, la falsa dicotomía
La implantación de dos posibilidades cerradas que no dejan ver otras salidas posibles. Efectos de la economía de recursos y de la de finanzas
En estos días hemos observado como algunos poderosos actores políticos y económicos a través de los medios de comunicación, las redes sociales y especialistas, han logrado instalar una dicotomía entre salud y economía.
Esta dicotomía se supone, apunta a decidir si el remedio de la cuarenta, el cual parece ser la mejor manera de enfrentar esta crisis, es peor que la enfermedad, dadas las consecuencias económicas que arrastra. Presentando en algunos casos, estadísticas de dudosa procedencia, intentan mostrar que la recesión económica que se genera a partir del cese de muchas actividades produciría más muertes que la propia enfermedad.
Esta “corriente” ha llegado desde sus defensores más acérrimos, como es el caso del Vicegobernador de Texas, a afirmar que “los abuelos de los Estados Unidos están dispuestos a morir por coronavirus para salvar la economía”.
Básicamente, lo que se plantea es una falsa dicotomía entre salvar a ciertas personas de la enfermedad o salvar a la economía, que se supone nos afecta a todos.
¿Por qué es una falsa dicotomía?
Elegir entre una cosa u otra plantea la idea de que la elección se reduce sólo a esas posibilidades. En este caso, lo que no se da como una posibilidad es, ya que la cuarentena parece ser la mejor opción para frenar la pandemia, realizar ciertos cambios en la economía que permitan atemperar los efectos del parate para que no cueste vidas.
La economía de los recursos vs la economía de las finanzas
Desde las primeras formas de organización social, los recursos fueron una de las principales preocupaciones. Los diferentes tipos de organización social se enfrentaron a crisis que generalmente eran producto de la escasez. La revolución industrial transformó el modo de producción, disparando los niveles de producción y productividad de una manera nunca antes vista.
La sociedad capitalista resolvió de esa manera la crisis de escasez, de semejante manera que incluso empezó a acostumbrarse a tener que enfrentar crisis por sobreproducción.
En la actualidad, el sistema de producción genera el doble de alimentos necesarios para la población mundial[i]. Esto haría pensar que la base de supervivencia está asegurada, lo cual nos lleva nuevamente a pensar: ¿es real la dicotomía?
Lo que propone esta dicotomía es anular la posibilidad de hacer cambios en una de las dos partes de la misma. Lo que quiere imponer es que necesariamente lo que se tiene que modificar es el enfoque en la salud, lo intocable es la economía.
¿Es posible una economía basada en recursos?
Esa parte de la sociedad son la población de riesgo, los adultos mayores. Pero también son todas aquellas personas que no se puede dar el lujo de hacer una cuarentena por cuenta propia.
Los primeros muestreos de estos días parecen dar cuenta de que una de las principales problemáticas actuales a la que nos enfrentamos a largo plazo, que tiene que ver con el cuidado del medio ambiente, se ha visto vigorosamente favorecida por la disminución en la producción y el consumo.
La reducción de los niveles de contaminación atmosférica se ha hecho evidente en tan solo unos días de parate, mayormente por la reducción del tráfico y el descenso de la producción.
Lo que se propone es acabar con el despilfarro. Después de más de 200 años de capitalismo, el mercado ha mostrado no ser el mejor asignador de recursos, sino uno de los peores.
Afrontar el presente, sin perder de vista el futuro
Ante la crisis desatada por la epidemia mundial, algunos gobiernos han intervenido poniéndose en la primera línea para enfrentar el problema. La intervención del estado, denostada durante tanto tiempo por la ideología neoliberal y sus representantes de los organismos internacionales, parece empezar a ser revalorizada en estos días. Y muchos gobiernos la están implementando.
La intervención del estado en este contexto parece impostergable. Pero después de la última crisis mundial desatada por las hipotecas subprime, sabemos que es importante entender que esta no necesariamente se implementa para ayudar a los más afectados. Al igual que hace 10 años atrás, la intervención del estado que reclaman algunos sectores es para que este “salve” a la economía. Qué tipo de intervención aplique cada estado seguramente determinará, no sólo las posibilidades presentes para los más afectados, sino también las posibilidades a futuro.
Hace un tiempo ya, especialistas en medicina y en ecología de las enfermedades vienen alertando acerca de la inminente posibilidad de una pandemia desatada por un virus. Y prevén que la misma no sea única.
Enfrentar esta posibilidad parece ahora algo inevitable. Empezar a pensar que es posible modificar la economía y el sistema de producción para asegurarnos la compatibilidad con nuestro medio ambiente también parecía algo lejano, pero hoy se ha vuelto urgente.
Considero que desde las ciencias sociales debemos más que nunca proponernos abrir la discusión acerca la posibilidad de impulsar cambios sociales y dar batalla contra ciertos discursos que quieren imponer algunas realidades como inmodificables.
El pensamiento crítico debe seguir siendo una de las columnas desde donde construimos la ciencia. Pensar las transformaciones sociales que nos impone la realidad se vuelve entonces casi una obligación.
*Licenciado en Sociología, Cursando la Maestría en Sociología Económica (UNSAM), Participante del de Grupo de Estudios sobre Marxismo e Historia Argentina en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe. Twitter:@NachoSalernoE
[ii] https://es.wikiversity.org/wiki/Econom%C3%ADa_basada_en_recursos
[iii] Gorz, Andre – Ecológica. Ed. Capital intelectual. - 2011