En medio de un clima de tensiones y discusiones respecto a cómo debe continuar el aislamiento social, preventivo y obligatorio en el Área Metropolitana de Buenos Aires, el Presidente Alberto Fernández se reunió con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Sin embargo, los anuncios que se esperaban para la tarde noche de hoy, serán realizados mañana.

Los mandatarios analizaron la situación sanitaria de la región metropolitana, teniendo en cuenta el nivel de contagios, la evolución de las cifras diarias y la ocupación de camas en las Unidades de Terapia Intensiva. El panorama genera una gran preocupación entre las autoridades y así lo han expresado en varias oportunidades y miran con preocupación la relajación respecto al aislamiento en ciertos sectores de la sociedad.

Es que en muchos distritos del AMBA se ha visto una mayor circulación de personas, incluso gente sin habilitación, y comercios abiertos cuando no lo tenían permitido, ya sea por una situación económica acuciante o incluso por una hartazgo frente al encierro. Por ello mismo, desde los distintos niveles de gobierno se analiza no sólo cuáles serán las nuevas restricciones, sino cómo serán comunicadas para generar conciencia en la población y la forma en que se aplicarán.

La nueva fase que iniciará el lunes 29, incluirá fuertes restricciones en el transporte público, cierre de algunos comercios y actividades, la marcha atrás con la realización de actividades físicas al aire libre en la Ciudad de Buenos Aires.

Luego de que se hablara de una vuelta a fase 1, se desató una gran polémica y surgieron varias voces disidentes. A partir de entonces, desde el Gobierno Nacional, provincial y de la Ciudad, se pretende utilizar otra retórica y no hacer mención a un retorno a la primera etapa de la cuarentena, sino de “una fase distinta” que prioriza las actividades esenciales. Aunque a  diferencia de las primeras semanas del confinamiento, en este caso se deslizó que sí habría funcionamiento de bancos.

Preocupados por la reacción social, se pospuso el anuncio sobre la continuidad de la cuarentena

Durante estos últimos días, la administración de Alberto Fernández ha funcionando como una suerte de mediador entre la provincia de Buenos Aires y Capital Federal. Es que desde el propio entorno de Rodríguez Larreta, se había deslizado la intención del mandatario de esperar alrededor de 10 días para endurecer la cuarentena, para seguir la evolución de los contagios y tomar una definición. Pero por otro lado, Kicillof no está dispuesto a esperar ese tiempo por temor a la ocupación de camas en la zona del AMBA.

Por estas horas, la mayor preocupación de las tres administraciones tiene que ver con la reacción social ante el endurecimiento de la cuarentena. Por ello, apelan a una retórica del “último esfuerzo” y analizan cómo serán los controles para garantizar el mayor cumplimiento posible.

Para ello y con el objetivo de buscar el respaldo de los jefes comunales del Gran Buenos Aires, Kicillof ayer se reunió vía zoom con los intendentes de la Primera y Tercera sección.

En un comunicado, el Ministerio de Salud bonaerense afirmó que a la ocupación de camas de cuidados críticos en el área metropolitana llega al 56% y aseguró que con la cantidad que había en 10 de diciembre de 2019, ya se hubiera saturado el sistema.

Preocupados por la reacción social, se pospuso el anuncio sobre la continuidad de la cuarentena

Lo cierto es que todo indica que la posición que se impuso fue la del gobernador Kicillof y la nueva fase comenzará el lunes 29. Mientras tanto el anuncio sobre cómo serán las restricciones a la circulación y los detalles sobre esta próxima etapa, se realizará mañana el mediodía.