31 de mayo Día Mundial sin Tabaco
La OMS e instituciones asociadas de todo el mundo procuran en este día acentuar las campañas vigentes para disminuir el consumo de tabaco, informar los riesgos del cigarrillo y bregar por nuevas políticas preventivas
La Organización Mundial de la Salud y organismos asociados celebran el Día Mundial sin Tabaco para exponer los riesgos del tabaquismo y motivar políticas que disminuyan su consumo, teniendo como lema este año "El tabaco una amenaza para el desarrollo" y una campaña que demostrará que la industria del tabaco compromete el desarrollo sostenible de todos los países y se propondrán medidas de lucha contra la crisis mundial causada por el tabaquismo.
La neumonóloga, Dra. Ariela Tarcic (Mp 6838), coordinadora de la sección Tabaquismo de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), conversó con Diagonales y brindó detalles acerca del tabaquismo. En principio, informó que de acuerdo a un estudio organizado por la AAMR y publicado en 2016 se encontró un 37% de fumadores en la población encuestada del país.
Por otro lado, la doctora Tarcic, informó que el pronóstico de vida de una persona que fuma, cae entre 15 y 10 años y que en Argentina, según el Ministerio de Salud, 40 mil personas mueren al año a causa del tabaquismo, de los cuales 6 mil fueron pasivos, es decir que nunca probaron el cigarrillo, pero estuvieron en ambientes con humo de cigarrillo en tiempos prolongados. En tanto que a nivel mundial mueren 5.4 millones por esta misma razón.
"El riesgo de un fumador pasivo, es altísimo. Si una persona está en un ambiente cerrado donde se fumó, esa persona que no fumó es como si hubiera fumando por cada hora que está en ese lugar, de tres a cinco cigarrillos. Esa persona no decide fumar, no decide enfermarse y está en ese ambiente", explica la doctora Tarcic, en relación a los fumadores pasivos que en las estadísticas del país implican un porcentaje significativo.
Por otro lado, agrega que la gente a partir de las campañas preventivas y las patologías que se ven a diario por el tabaquismo, conoce de su riesgo. "Ahora la gente sabe que hace daño, desde que mira un paquete de cigarrillos donde ve la contra publicidad. Los fumadores llegan al consultorio sabiendo que hace daño y llegan con mucha angustia porque no pueden dejar, porque el 'debo dejar de fumar' ya lo tienen, el tema es el cómo y el 'quiero dejar de fumar'".
"La nicotina es un cancerígeno tipo A y significa que no depende de la cantidad sino de la calidad. O sea, una persona puede fumar un cigarrillo al día o veinte y se dispara la genética para cáncer, no así para EPOC que si depende de cantidad y del tiempo que fumó; pero también es relativo porque algunas personas desarrollan EPOC fumando mucho menos que otras y algunos que viven fumando hasta los 90 años y no les pasa nada", agrega Tarcic.
De todos modos, la doctora indica que mientras el paciente fuma y hasta que pueda dejarlo, debería hacerse un screening de EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), un estudio funcional respiratorio que se llama espirometría computarizada y que, además, dependiendo de cada caso, se suele hacer una radiografía de tórax o una tomografía computarizada donde se evalúa la estructura, la anatomía en el paciente.
Finalmente, la neumonóloga aclara que la aparición de patologías depende de cada organismo, de la genética, del tiempo que fumó y de la cantidad que fumó. "Lo que sí está comprobado es que en el momento en que uno deja de fumar, a los pocos minutos, mejora la circulación vascular, mejora la presión arterial y mejora la frecuencia cardíaca. Y a los pocos días mejora el sueño y la función pulmonar".
"A medida que va pasando el tiempo desde que se dejó de fumar, los diferentes organismos se van normalizando; por ejemplo, el riesgo cardiovascular de infartos o de patologías coronarias, a los cinco años llega a ser el mismo que la persona que nunca fumó. Para cáncer de pulmón es a los diez años. No es un mito que cuando uno deja de fumar queda como nuevo, sino una respuesta relativa", cerró.